En serio, hay gente que cuando habla no piensa, sino que suelta lo primero que le sale en modo automático, pensando en donuts o películas de personillas de vida alegre. Y eso, para los afectados, viniendo de parte de alguien que no sólo no lo sufre sino que tiene gran parte de la culpa, pues hace daño. Daño al nivel visceral, de ese que no te entristece, sino que te dibuja una bonita vena roja e hinchada en la frente.
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